Como os hemos comentado en el post anterior, el nacimiento de un nuevo proyecto conlleva un trabajo en equipo considerable.
Cada uno de los miembros tiene funciones diferentes pero bien definidas, al igual que las fases de un proyecto.
En la creación de un proyecto la primera fase es la creativa. Esa en la que se te enciende la bombillita y se te ocurre una idea.
No tiene porque ser algo increíble, las ideas más sencillas suelen ser las que triunfan.
Con el paso del tiempo, se puede perfilar y limar imperfecciones. En el caso de una web 2.0 esto significa añadir nuevas funcionalidades.
Antes y durante este proceso es necesario tener bien claro lo que se quiere y marcar uno objetivos realistas.
Una definición detallada es muy importante, aunque luego sufra modificaciones.
Dentro de la definición de cualquier proyecto es necesario dejar claro una serie de aspectos: descripción, objetivos, mercado existente, competencia, modelo de negocio, fechas, personas implicadas en el proyecto y rol de cada una de ellas.